jueves, 19 de abril de 2012

Puérperas absolutas


Desde hace casi cinco meses soy mamá.
[Nunca inicio frase con “soy...”, nunca me describo-limito de ese modo,
pero ser mamá ahora es determinante, lo es todo, de hecho].
Es tan intenso que es como si hubieran pasado cinco siglos.
No logro recordar cómo era la otra, la de antes.
Bueno, sí, la reconozco a veces queriendo asomarse,
pretendiendo dictar sentencia,
insegura disfrazada tras interminables discursos mentales,
necesitada aferrada a libros, conceptos, abstracciones sublimes
que huía de mis bajos, de mis centro, de mi verdadero poder,
que tan pronto los exageraba como que los reprimía,
sin saber honrarlos en su plenitud avasalladora
pero tierna, vulnerable, dulce, amable, nutricia y amorosa al mismo tiempo.
A veces quiere asomarse pero enseguida es cercenada por esta yo animal que se ha instalado en mí y no me suelta
ésta de ojos sagaces que ve en la oscuridad,
ésta que ve con claridad todo, absolutamente todo
y huele, gusta, gime, chilla, borbota, ríe desaforada y primaria,
ésta de pelvis y pecho palpitante y generoso,
ésta que es sabia y antigua y primera y última,
y no tiene límites y comulga con lo que hay alrededor
genuina, salvajemente.
Adoro esta yo animal que soy,
siento su calor, su poder, su desmedida,
su voracidad, su loca mandíbula depredadora,
y también siento su inmensidad...
No tengo palabras, las olvidé -yo, que tantas sabía:
sólo me queda lo básico, lo estrictamente necesario para sobrevivir,
como Uma, el instinto, la distinción dentro de tanto “cuerdo”,
los ojos desorbitados de animal salvaje,
el oído fino ante posibles depredadores,
la mandíbula loca de morder,
las tetas inmensas de nutrir,
el vientre y la pelvis aún abiertas de alojar,
caderas y gran culo para sostener a mi cría,
tacto sensual para acariciar,
lengua glotona para lamer
pies descalzos y piel desnuda para conectarme con Mamá Tierra...
Y honro a la Vida, a la Tierra, a la Madre que me parió,
a la Abuela que la parió y a todo el Linaje que nos precedió,
y a ellas me entrego y en ellas me inmolo con gusto.
Honro a todas las mujeres dadoras de vida, mamíferas, salvajes y animales,
honro a la apertura, al desgarro, a la sangre y a la leche.
Honro a la Creación siendo yo creadora.
Y me honro a mí, que soy tú, que soy todas,
Puérperas Absolutas...

Os amo!

miércoles, 14 de marzo de 2012

Aceptación

Mirándote entiendo qué has venido a enseñarme.

Humildad, generosidad, pero sobre todo aceptación.

Aceptación de la imperfección que soy: yo, que deseo ser perfecta con la rigidez y encorsetamiento que supone.

Aceptación de mi imperfección, de mis fallos, de mi egoísmo, de mi necesidad de nutrirme para nutrirte: yo, que consideraba la maternidad una especie de martirio sacrificial escogido con el que iba a exorcizar mis demonios y convertirme en una virgen maternal.

Aceptación de mi límite, para no entrar en barrena, instalarme en la ira y herir a tu padre, mi pareja, mi hombre, mi amado... a quien tan olvidado tengo por dedicarme a ti...

Aceptación de ese hermoso compañero que me acompaña y sostiene, en silencio, con amor.

Aceptación de que no puedo ser la madre que deseo pero soy la madre que soy y quiero aprender a amar y honrar a ésta porque es grande y bella para ti.

Aceptación de mi madre, a quien también deseo cambiar y hacerla a mi medida.

Aceptación, en definitiva, de la Vida tal y como es, sin este ansia de control, producto del miedo, que me atenaza y quiere encasillar la vida en compartimentos estancos.

Aceptación total y absoluta de quien soy, permiso de fluidez para mi vida, mi alma y mi corazón, para que la Vida sea lo que Es, con todo lo que trae y lleva, con todo lo que Es porque SÍ.

Desde hoy, un rotundo SÍ a quien soy, a la madre que soy, al hombre que amo, a la madre que me parió, a la hija que parí y a todos los que me rodean y todo lo que me rodea.

Un rotundo SÍ desde mis entrañas, con todo mi amor y todo mi coraje, con toda mi sombra y con toda mi luz, con todo mi dulzura y toda mi guerrera, con toda la fortaleza y toda la delicada vulnerabilidad que soy.

Desde hoy, un rotundo SÍ a la Vida.

Gracias, Hija <3

jueves, 1 de marzo de 2012

Madres

Es como si las madres tuvieran un secreto. 
Un secreto que conoces y se te transmite cuando eres madre.
Hasta entonces eres incapaz de comprenderlo.
 
Es como si las madres supieran de un camino secreto que conduce a un lugar desconocido.
Un lugar que sólo visitas si eres madre.
Un lugar común de apuesta por la vida, donde todas nos jugamos enteras para parir nuestras criaturas. Un lugar de sacrificio por sostener y perpetuar la vida. El lugar donde se produce el rito de la crianza, la semilla de las nuevas gentes, del nuevo mundo.

Y es un espacio lleno de amor, de ternura, de leche, de ricas cosas dulces, de cosas bellas y bonitas, de algodón, de nubes, de colores, de dibujos, de sonrisas, de reconocimiento, de alegría sin fin, de vitalidad asombrosa... y repleto de lágrimas, gritos, noches en vela, regazo, asilo, consuelo, abrazo, vientre y pecho.
 
Es un espacio donde te adentras en los ojos de una criatura vacía de sí misma, exenta de ego, claridad diáfana, transparencia y autenticidad a raudales y te impregnas de su luz y es un lugar donde los desgarros internos que te provoca su llanto te permiten el paso de esta luz y te hacen más nítida, más vulnerable y, por ende, más poderosa.

Todas las madres conocen este secreto y andamos por la vida mirándonos a los ojos, reconociéndonos, sosteniéndonos en nuestras caídas, cómplices, hermanas, abuelas, amigas, tribu: madres todas de todas las hijas y todos los hijos universales que nos pertenecen y son libres al tiempo; de los que somos madres, canal, catalizador, muelle y puerto, cueva y catapulta, invierno y primavera... raíces y alas.


Millones de millones de madres guardan este secreto desde el principio de los tiempos.

Yo ahora lo conozco.
Y a todas les doy las gracias por permitirme ser una de ellas y continuar el linaje.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Revelaciones puerperales de la sombra

A veces tengo pensamientos y fantasías sobre una vida diferente a la que tengo:

No estoy con David sino con otra pareja o en ciernes de tener otra pareja (nunca me imagino sola, dato relevante sobre como me doy identidad a través de las relaciones).


Estoy embarcada en algún proyecto profesional que me satisface (pero no como en mi vida real, que ya lo hago, si no de forma que me convierto en rica y famosa).


Por lo que deduzco, aparecen tres síntomas:

  • Mi necesidad neurótica de significarme a través del Otro y mi dificultad para afianzar mi sentido de identidad autónoma (vamos, enganchada a la oxitocina -droga de las relaciones- de siempre, no solo con la maternidad). 
  • Mi necesidad neurótica de ser vista y reconocida, la Mirada que me faltó de niña y con la que ahora me comprometo a mirar a Uma.
  • Y cómo no la gran necesidad neurótica de ponerme palos en las ruedas, piedras en las alas, lastres en las aletas... para superarlos y sentirme capaz (eso es lo que me mantiene  girando en la rueda cual ratoncilla enjaulada por los hábitos de mi mente).

De modo que observando a Uma tengo la gran oportunidad de observarme y aprender, de cuestionarme sin juzgar y sorprenderme de descubrirme de esta manera (os aseguro que me sorprendo, para quienes me conozcáis seguro que estos síntomas son superevidentes pero es ahora cuando yo ilumino mi sombra).


Gracias, Uma, por tu claridad :)


Así que el compromiso es este: aceptar de Verdad, de Corazón, con Todo lo Divino y Humano, con Todo lo Sagrado y Profano, la vida que tengo.

Vida que he creado con mis actos anteriores, no lo olvidemos; y es una Bella Vida: Uma, David, el momento que vivo con mi familia de origen, con l@s amig@s que ya sé quiénes son, las experiencias que he vivenciado y de las que he aprendido en mi andadura yóguica y vital, las palabras que fluyen a través de mí, los aspectos materiales que nos hacen la vida más fácil y despreocupada....
Y el compromiso es también actuar en consecuencia, consciente y relajadamente, a partir de ahora para que la vida futura sea como deseamos.

Dios, la Vida... como quiera llamársele, ya está retribuyéndome (siempre lo ha hecho) cuanto hago (Uma, este gran Regalo, es prueba de ello).


Eso es todo...


Y la inspiración, la conexión diarias, una dádiva de la lactancia: recibo en tanto doy...

 
Qué milagro, qué sencillo y qué extraordinario al mismo tiempo.

Abrazos a todos <3